La próstata es una glándula situada debajo de la vejiga rodeando la uretra que forma parte del sistema reproductor masculino. Su tamaño normal es de unos 10-15 cc y su papel es producir el semen junto con los testículos y las vesículas seminales.
La próstata es una glándula que con el tiempo, a partir de la cuarta o quinta década de la vida sufre cambios morfológicos con tendencia al crecimiento lo cual origina alteraciones en nuestra dinámica miccional. Lo que conocemos como el síndrome prostático, donde se reconocen síntomas por todos conocidos como presentar una micción con un caudal más débil y con mayor dificultad, mayor frecuencia y urgencia miccional u orinar por las noches e interrumpir el descanso. Estos síntomas son los típicos de la hiperplasia benigna de próstata (HBP) que es una condición con una elevada incidencia y prevalencia sobre todo a edades avanzadas. Esta patología no condiciona y predispone al desarrollo de un cáncer de Próstata, son patologías independientes.
Tu urólogo, en tus revisiones anuales, estudiará ambas situaciones, la hiperplasia benigna de próstata y el cáncer de próstata, y velará por tu salud prostática.
El cáncer de próstata, actualmente es el cáncer más frecuente en hombres por delante del cáncer de colon y de pulmón. Se estima que 1 de cada 8 varones acabará desarrollando un cáncer de próstata. La edad media de los pacientes en el momento del diagnóstico es a los 70-75 años pero encontramos con frecuencia, pacientes mucho más jóvenes.
Afortunadamente, gracias a la mayor concienciación de la población y las revisiones periódicas, el diagnóstico precoz permite que el cáncer se detecte en la mayoría de las ocasiones un fases muy tempranas y las tasas de curación sean muy elevadas y favorables.
El cáncer de próstata, sobre todo en su fase inicial, no provoca unos síntomas específicos que puedan alarmarnos. Cuando el paciente siente una alteración en sus síntomas miccionales, suele ser por el crecimiento benigno de la próstata. Es por eso nuestra insistencia en hacer revisiones periódicas a partir de los 45 – 50 años aún en pacientes totalmente asintomáticos. El cáncer de próstata no da pistas, no debemos confiarnos.
La detección precoz del cáncer de próstata se hace mediante la determinación del PSA (antígeno prostático específico) y la realización del tacto rectal.
Lo primero, el PSA, es un parámetro que se solicita en una analítica de sangre y que, una vez valorado el resultado, nos ayuda a distinguir quien podría tener un tumor en la próstata. No confirma el diagnóstico pero nos ayuda a distinguir a que paciente debemos hacer un seguimiento más estrecho o a quién debemos solicitar más estudios que nos confirme o desmienta la existencia de un tumor prostático.
Lo segundo, el tacto rectal, es un examen físico que resulta muy embarazoso a muchos hombres, motivo por el cual, muchos hombres reconocen no acudir a una revisión, solo por evitarlo. Se trata de una exploración que permite al médico valorar el tamaño, consistencia, simetría y la presencia de zonas sospechosas (induraciones e irregularidades) que nos enciendan la alarma y nos obligue a ampliar el estudio de ese paciente.
No temas, acude periódicamente a tus revisiones si tienes más de 45-50 años, sobre todo si tienes algún familiar que ha padecido previamente cáncer de próstata. Toda la evidencia científica confirma que el cáncer de próstata detectado en una fase precoz permitirá ofrecerte mayor abanico de tratamientos y los resultados serán mucho más favorables.
¿Cuál es la secuencia diagnóstica si tu médico sospecha de un tumor de próstata? Si el PSA está elevado en varias determinaciones, existe una zona sospechosa en el tacto rectal, lo siguiente que tu urólogo solicitará es una resonancia nuclear magnética prostática que permitirá detectar áreas concretas en la próstata que serán más o menos sospechosas y nos oriente a distinguir si es necesario o no hacer una biopsia prostática.
La biopsia prostática es la prueba que usamos para confirmar la presencia de un cáncer de próstata. Consiste en examinar el tejido prostático bajo visión microscópica tras realizar varias punciones de la próstata centrándonos sobre todo en las zonas sospechosas que hemos visto en la resonancia.
Si el patólogo nos confirma la existencia de un cáncer prostático, llega el momento de enfrentarnos al tumor y como paciente puede resultarte inquietante, preocupante, desconcertante, increíble, alarmante… El manejo multidisciplinar de este nuevo diagnóstico irá orientado a minimizar las preocupaciones y ofrecerte cual es el mejor manejo y tratamiento de cada caso particular. El tratamiento entre urólogos, oncólogos y radioterapeutas hará que el tratamiento se individualice para cada paciente, en función de su edad, estado general, patologías previas, cifra del PSA, resultado de la biopsia, etapa de la enfermedad, hallazgos en los estudios complementarios, preferencias del paciente, etc.
El enfoque para el cáncer de próstata es muy amplio y variable y dentro de las opciones terapéuticas, debemos personalizar cada caso ya que la elección del tratamiento depende de determinadas variables. Podemos ofrecer una vigilancia activa, cirugía, radioterapia, terapias focales, hormonoterapia o quimioterapia
No existe excusa para hacer una revisión. Nos puede pasar a cualquiera. Eres parte activa en esta realidad.
Dr. Joaquín Navarro Gil
Urólogo